martes, 2 de abril de 2013

Hay cambios y continuidad…



La realidad política de esta “Venezuela Preciosa” de “Nuestra Venezuela Preciosa” como ya lo he manifestado en redes sociales, en diferentes escritos y conversaciones, es que a diario se generan cambios sobre un mismo eje, no se busca alterar los resultados, ni menos manifestar que no hay acuerdos definidos, sino rectificar en la falla o debilidad del día anterior y mejorar en el presente, porque de éste depende la victoria deseada.

Lo cierto es que los cambios no siempre son bien aceptados, al menos no a primera instancia. A nivel nacional existe una agenda política y social ya encaminada que todo defensor de esta patria, aliado y comprometido así sea en lo más mínimo con este proceso revolucionario debe alinear en su entorno y desempeño.

Las decisiones a última hora pueden llegar a generar controversia, dudas y hasta negativas, pero no es momento de divisionismo, de resaltar más que otro u otros u otras en una tarea afín, es el momento de ver cómo me uno a quien entendió dicho cambio para asimilar y trabajar en pro de las soluciones.

El Comandante Chávez desde antes de ser Presidente, demostró que en ocasiones toca actuar con un plan que probablemente no obtenga los resultados deseados al instante, pero los resultados de esa “probabilidad” es la que vendría a determinar la magnitud de una situación, conocer la corresponsabilidad de uno o varios sectores, definir el patrón adecuado a emplear en próximas acciones y saber con quién se cuenta, quiénes son los aliados o esas personas que están dispuestas a luchar en conjunto, aun cuando al final cada quien tome caminos diferentes.

En torno a ello, a juicio personal los hechos del 4 de Febrero de 1992 tenían esa probabilidad de no alcanzar los “objetivos planteados”, sin embargo, arrojó como resultado lo que el mismo Comandante Chávez quería demostrar que un pueblo estaba ya obstinado de la injerencia imperialista y de las regalías de los recursos del Estado a través de un gobierno que no buscaba dignificar a su ciudadanía, por el contrario llevarla al precipicio.

Sin embargo, Hugo Chávez sabía cómo enfrentar esos hechos y cómo resurgir para avanzar con la mayoría del pueblo venezolano. Sus ideales han sido transmitidos en sus más cercanos hombres y mujeres, ministros y ministras, de ahí que hoy en día Nicolás Maduro movilice una marea roja rojita que lo llevará a la victoria electoral el 14 de abril.

Ante ello, es fundamental recordar que los cambios están marcados, que todos y todas formamos parte de ellos, pero no en figura protagónica, ni triunfalista. El líder de Venezuela, de Latinoamérica, del siglo XXI es Hugo Rafael Chávez Frías, pero nuestra guía actual, nuestra responsabilidad ante el cambio y avance de la nación es Nicolás Maduro, en él nuestro Comandante vio todas las capacidades y actitudes para darle continuidad al programa de la patria, a ese mismo que se presentó por segunda vez ante el Consejo Nacional electoral. 

Aunado a ello, el Comandante fue más allá; la confianza en Maduro está orientada a la confianza de un pueblo que le demostró en 14 años ser guerrero y militante, defensor de ideales y “maduro” lo suficiente para no permitir ni un paso atrás.

Quienes conforman al sector oposición o quienes no saben en qué proyecto creer se dejan llevar por comentarios que buscan desestabilizar la conciencia de hombres y mujeres y llevar al país nuevamente en reversa.

Desde la derecha se oye y se lee lo siguiente:
-Si no lo lograron en 14 años, menos ahora

-Hay que buscar otro camino

-Maduro no es Chávez

-Esta revolución llegó a su fin

- El 14 hay que votar por la patria y por los hijos

Cada una de esas aseveraciones, reafirman la fe de nosotros y nosotras las oficialistas y estoy segura que muchos están pensando seriamente en votar por Maduro; primero “Si no lo lograron en 14 años, menos ahora” significa que aceptan que sí se introdujo un proyecto de país, que hubo cambios positivos (aunque eso no lo quieran ver, de ahí la negativa de querer continuar)

“Hay que buscar otro camino”, me parece una posición de aquellas personas que no saben exactamente las riquezas de esta Venezuela hermosa (aspecto que se ha reiterado una y otra vez por el gobierno nacional a fin de consolidar nuestra soberanía e independencia) y aunado a ello carecen de sentido, amor y poder de decisión y caen en la manipulación de la oposición apátrida.

Maduro no es Chávez” no hay que ser adivino para saber eso, no es Chávez, pero sí posee el empeño, conocimiento, destreza y coraje muy particular para guiar a la nación.
Esta revolución llegó a su fin”, entonces sí se asimila que vivimos 14 años de revolución, cuando en ocasiones se preguntaron irónicamente ¿cuál revolución?. Eso quiere decir que sí se hizo sentir el proceso revolucionario, que sí caló en el pueblo y que no está llegando a su fin, sino que más bien toma auge.

El 14 hay que votar por la patria y por los hijos”, todos vamos a votar por la patria, por los hijos, por el cambio y por la construcción y consolidación del socialismo y por supuesto para elegir a Nicolás Maduro, Presidente Constitucional, por ser venezolano, leal, compatriota y por no ser Chávez si es eso lo que a muchos le molestaba de esta Venezuela preciosa.

¡Lo cierto es que físicamente Chávez está ausente, pero su legado vigente! y las masas al inicio de la campaña presidencial este 2 de abril de 2013 así lo demuestran, la gente quiere continuar las misiones, quiere fortalecerlas aún más, no que desaparezcan.

El venezolano va a votar para hacer realidad la Patria Grande de Bolívar, esa Patria que Rescató Hugo Chávez Frías.
Deery Martínez M.
Periodista CNP: 15.258
Puerto La Cruz-Anzoátegui


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